Por Abel Santiago / abelsantiago30336@yahoo.com.mx
Ha pasado más de medio año de que tomó posesión del gobierno del estado de Oaxaca una nueva administración, sin que se registre ningún cambio positivo ni mejora en la solución de algunos de sus múltiples problemas, pero sí el pueblo ha sentido el crecimiento de malestar e inseguridad a que en este corto periodo se ha vivido en la entidad, porque los diversos grupos de vagos y malvivientes, que se dicen luchadores sociales, han crecido porque bien saben que es un buen negocio constituirse en supuestos defensores de las causas populares, llegándose a tener principalmente a la ciudad capital bloqueada las 24 horas del día, sin que ninguna autoridad se comprometa a poner orden y hacer respetar las leyes. En estas últimas semanas la actividad negativa de esos grupos se ha vuelto permanente, afectando a todos los sectores de la población, incluyendo al turismo que no logra entrar ni salir de la ciudad por el bloqueo a las centrales camioneras, aparte de la toma de casetas de cobro en las carreteras.
Aparte de los ya conocidos movimientos de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, sus pupilos y seguidores, los normalistas, han estado muy activos solicitando “cooperación voluntaria” a los automovilistas para permitirles el paso por diferentes calles y carreteras. Otros grupos que se encuentran muy activos en estos días para hacer sentir su presencia, son el Frente Popular 14 de Junio y Consejo Indigenista Popular de Oaxaca, que junto con comerciantes del centro histórico han bloqueado vialidades para que sean atendidas sus demandas, como si fuera el pueblo el que pudiera solucionarlas. Muchas de las organizaciones integrantes de la Confederación Nacional de Trabajadores local, se han decidido apoyar a esos grupos, y ahora, con los llamados maestros de la 22 planean boicot a la Guelaguetza, festival tradicional que atrae mucho turismo cada año. A esta grave situación se ha sumado el sindicato municipal de trabajadores de la limpieza, que con los de la 14 de junio tienen bloqueado el depósito de Zaachila, con lo que ciudad se encuentra convertida en muladar, a pesar de la proximidad de las fiestas de este mes.
Esta semana, militantes del Consejo Indígena Popular iniciaron un plantón en las instalaciones de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, para demandar mediación por la violación a sus garantías individuales, pero ellos sí violentan las garantías individuales del pueblo al impedir el libre tránsito por las principales calles de la ciudad. Asimismo, comerciantes establecidos del centro histórico cerraron la vialidad con bolsas llenas de basura, para exigir a las autoridades el reinicio del servicio de recolección de basura, interrumpida desde hace más de una semana ante el cierre del tiradero municipal localizado en Zaachila, tras la disputa violenta entre habitantes de la agencia Vicente Guerrero y Frente Popular 14 de Junio. Igualmente, “estudiantes” de la Escuela Normal Superior Federal de Oaxaca, y “maestros regularizados” de la sección 22, bloquearon varios puntos de la ciudad como medida de presión. Los normalistas y docentes regularizados han estado quemando llantas en diversos cruceros, exigiendo el pago de salario, becas y reconocimiento de estudios cerrando las principales centrales camioneras de servicios foráneos.
Según información periodística, transportistas violentos han protagonizado enfrentamientos sangrientos en diversos rumbos de la ciudad. Se menciona como más violentos al Sindicato Libertad, a los pertenecientes a la CTM y Frente Popular 14 de Junio. Estos grupos se disputan obras o sitios de transporte público, y han extendido sus dominios a través de la invasión en la vía pública, donde colocan puestos ambulantes. El representante de una agencia de seguros que opera en la entidad, dijo que “es gravísima la falta de gobernabilidad que provocan estos grupos de choque, porque cuando algún automovilista tiene un percance vial con alguno de sus integrantes, ellos imponen su ley y ya no hacen caso a lo que las autoridades les indican”. Informó que en los percances viales en que han acudido a atender a sus clientes, los grupos de choque obligan a los agentes viales a retirarse en tanto ellos resuelven, obligando a los ciudadanos mediante la violencia, a pagar los daños. Dijo que “no respetan si hay niños o mujeres, cuando ocurre un accidente vial, aunque los taxistas o moto taxistas hayan tenido la culpa, mediante la violencia ellos hacen valer su propia ley y las autoridades ni siquiera se meten.”
Todos sabemos que por temor o para evitarse problemas, las autoridades apoyan a esos grupos sin importarles los daños que causan a la sociedad. El dinero, desde luego, es una de sus muestras de ayuda, y es la principal causa por la que esos grupos de vándalos siguen aumentado. Otra es que cuando a cualquier pequeño grupo se le ocurre cerrar o bloquear alguna calle, de inmediato aparecen los motociclistas, de tránsito o de la policía municipal o estatal para protegerlos, cerrando calles con sus aparatos de motor para que los automovilistas o camioneros no interrumpan esa labor chantajistas, a veces hasta impidiendo el libre paso de las personas. Lo ocurrido en otros sexenios gubernamentales sigue en este, pero aumentado por el desconocimiento del gobernador de la situación que hemos padecido hace ya muchos años, más de tres décadas tomando en cuenta la negra trayectoria magisterial, que es la que mayores daños ha causado a la población. Quienes siguen confiando en el cambio, en la novatez o en la lenta aplicación de las leyes, parece que viven en el error, porque sólo hay que observar y sentir lo que ocurre esta semana para comprobar que la larga pesadilla apenas se inicia.