-El Concejo de Oreamuno de Costa Rica y su alcaldía, así como exfuncionarios del antiguo Sanatorio Durán, plantearon a las autoridades de Cultura que este edificio sea declarado patrimonio nacional, con el fin de protegerlo y detener el sostenido deterioro que ha sufrido en las últimas décadas.
-Esta edificación costarricense data de 1915 y fue cerrada como centro de salud en la década de 1970 para luego pasar a ser un centro correccional de menores. El nombre de “Sanatorio Durán” se dio en honor a la labor de apostolado médico que hizo allí su director, el doctor Carlos Durán Ortiz, ya fallecido.
Carlos Díaz Chavarría
Vicepresidente / CONAPE
Fotos: www.facebook.com/Sanatorio-Duran/
El complejo arquitectónico en donde funcionó el Sanatorio Durán en Potrero Cerrado de Cartago, fue declarado patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica, según consta en el Decreto Ejecutivo N° 38657-C, publicado en el diario oficial La Gaceta del miércoles 19 de noviembre.
Fue en la gestión de la expresidenta Laura Chinchilla, cuando la historiadora Sonia Gómez y la arquitecta Ileana Vives (ahora directora del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura) realizaron los estudios respectivos de su especialidad para recomendar la declaratoria.
Ahora bien, como primer paso, será necesaria una restauración arquitectónica con un costo aproximado de 3000 mil millones de colones, según Adrián Vindas, jefe del Área de Arquitectura y Conservación del Centro de Patrimonio.
“Para nosotros es realmente importante esta declaratoria, sobre todo por el valor histórico que tiene el complejo de edificios y la magnitud de los mismos, sí hay también una preocupación del Centro de Patrimonio y es con relación a cómo volver a poner en valor todos esos edificios que se encuentran en un estado de abandono terrible y eso implica casi que un proyecto país para poder lograr aprovechar esas instalaciones (…) la inversión para rescatar este edificio es excesivamente alta, calculo que más de 3000 millones de colones que podría costar una restauración”, afirmó Vindas.
Es evidente que las instalaciones requieren de una intervención, sobre todo porque el nivel de deterioro ha logrado que personas inescrupulosas se aprovechen para hacer daños en el inmueble que se encuentran ubicado en Oreamuno de Cartago.
“Lo que hay que revertir ahí es el concepto que ha sido parte del juego de que se le permite el ingreso a la gente a curiosear en el espacio y se le permite hacer cosas inapropiadas como destruir las instalaciones con el cuento de que hay fantasmas, se está lucrando de un espacio que entre más ‘hecho leña’ esté, más llamativo se vuelve y esa no es la intención nuestra (…)
Vindas afirma que el tema de la reparación no es fácil, sobre todo por el alto costo que eso implica, pero habría que hacer un análisis con instituciones o inversionistas extranjeros que quieran hacerse cargo de la obra.
Las instalaciones pertenecen actualmente a la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios Costarricenses (UPA Nacional), una entidad agrícola que se encarga de cobrar la entrada a los visitantes, pero que no ha tenido los medios para invertir el dinero en mejorar la apariencia del lugar.
“Las instalaciones pertenecen a UPA Nacional, creo que es el menos indicado para administrar este tipo de complejos o edificios sobre todo porque no tienen recursos, ha demostrado a través de los años que no han podido administrarlo puesto que lo han tenido en total abandono, no es culpa de ellos, en parte porque administrar un complejo de estos es excesivamente caro”, expresó el funcionario.
Vindas considera que el haber declarado el Sanatorio Durán como patrimonio histórico, es un primer paso que puede traer beneficios a futuro, pero habrá que esperar la labor que realice el próximo Gobierno de la República en ese sentido.
“Desde hace mucho tiempo el Sanatorio ha sido objeto de estudio por parte de los investigadores del Centro de Patrimonio, hay bastante información histórica y fotográfica en relación con los edificios. El hecho de que no se había logrado declarar fue por un choque de intereses o de una mala interpretación de lo que es la Ley de Patrimonio que la gente la sataniza y le da un matiz como de expropiación”, citó el funcionario.
El Sanatorio Durán fue fundado en 1918 por el médico Carlos Durán y sirvió como hospital y albergue para enfermos de tuberculosis, dejó de funcionar alrededor de la década de los años 60.
Acerca del Sanatorio
Por Sofía Conejo Alvarado
El Sanatorio Durán durante su funcionamiento demostró ser una institución de calidad, de primer mundo tanto en su infraestructura como en su tratamiento a los pacientes de tuberculosis, una enfermedad muy grave que ha causado estragos en la humanidad. Este centro muestra los avances médicos de la época así como la importancia que las administraciones gubernamentales le daban a la salud, a diferencia de otros países que dedicaban su dinero a empresas como la militar. Permite también mostrar la competitividad y excelencia de la educación que preparaba a los doctores y enfermeras que trabajaron en el hospital, en todos estos sentidos es un ejemplo a seguir.
Asimismo el Sanatorio Durán se mostró como una institución que, tal vez no marco a toda la población, si lo hizo con ciertos grupos, entre ellos sus vecinos quienes desarrollaron un gran respeto y cariño por la institución, no sólo por el desarrollo que les permitió sino por las relaciones que gracias a él generaron. Otro grupo estrechamente vinculados son aquellos familiares de pacientes que estuvieron internados en el hospital para ser tratados de la peste blanca. Otra parte de la población, entre ellos académicos, muestran un gran interés por conocer lo que cuentan las paredes del Sanatorio Durán, no sólo por lo que dentro de él se daba sino como reflejo de la sociedad costarricense del siglo XX.
Definitivamente se podría vincular la imagen que han creado las noticias, los vídeos musicales y las películas del Sanatorio Durán con las muchas actividades que se han producido en este, pues a cierta población le pareció muy interesante o atrevido participar en conciertos y en partidas de paintball en un lugar donde según ellos iban a ser asustados, esto deja a la luz el imaginario de una población “creyencera” que busca esos lugares como entretenimiento; y por la propaganda que se ha hecho del sanatorio es la forma en que se han apropiado de este texto en específico, lo cual permite vislumbrar la problemática de la falta de información que se brinda en la educación formal, puesto que sí ese conocimiento se diera a las personas crecerían viviendo el sanatorio de una manera diferente en la cual sea apreciado por sus aportes al país. Parece como si el mantener el Sanatorio
Durán en abandono fuera una estrategia para seguir acercando a este tipo de población que quiere relacionarse con el Sanatorio por el hecho de que ahí, según ellos, asusten; en cambio de invertir para que fuera un lugar que acercara a otro tipo de población con otros distintos intereses.
Sin embargo, el problema me parece, no es que crean o no en monjas fantasmas, porque nadie quita que personas que crean esto también puedan valorizar el Sanatorio como una institución de importancia histórica, lo que sucede es que los medios de comunicación en su afán de entretener realizan reportajes, vídeos musicales y películas que mientras son efectuadas, para obtener una imagen más “tétrica” hacen “modificaciones” en el Sanatorio que cambian la estructura original, y al hacer esto estudios sobre el Sanatorio pueden dificultarse, además de que considero es una falta de respeto para aquellos que tienen un apreció muy grande por el Sanatorio y que por lo tanto se identifiquen con él, a nadie le gusta que interfieran en lo que uno considera que es de uno.
Por todas las razones anteriormente expuestas es necesario un rescate de una estructura tan maravillosa como el Sanatorio Durán quien cuenta el contexto de un período de nuestro país, cuenta un caso muy singular y de orgullo como ser un centro de salud de primer mundo, además de guardar entre sus paredes tantas relaciones y vínculos. El Sanatorio Durán es un centro histórico que se desperdicia al estar en abandono por una UPANACIONAL que no se preocupa por proteger, restaurar y promover la institución para que más visitantes con más diversos intereses se acerquen.
Es un hecho que un lugar tan hermoso puede servir para múltiples actividades como exposiciones, como museo, como un colegio para la zona, o como una gran feria del agricultor, estas dos últimas propuestas las han dado la comunidad, sin que nada se concrete, es hora de que el Sanatorio sea tomado en serio para que muestre todo lo que puede enseñar y para darle a la comunidad un sustento más que les permita desarrollarse mejor socioeconómicamente.
Sus cuentos y leyendas…
El Sanatorio también ha sido objeto de cuentos o leyendas, lo cual ha producido que el lugar sea visitado por personas que esperen ver o sentir cosas paranormales. Las cantidades de foros, vídeos, páginas y artículos que cuentan estas historias sobran en el internet y entre personas que han visitado el lugar, entre las más famosas se cuenta sobre un espíritu de una monja que ronda por el Sanatorio, pero las historias no se limitan a monjas, como lo deja en claro el artículo del Diario Extra que tiene como título Espíritus de monjas, tuberculosos y doctores rondan Sanatorio Durán.
Gost Hunter International fue un grupo de caza fantasmas que vino a Costa Rica en el 2010 y entrevistó a Mardy Ocampo, una muchacha quien les conto sobre la actividad paranormal que ella misma había presenciado en el Sanatorio Durán, ella los guió por los edificios y estos muchachos en grabaciones y vídeos, no muy claros, muestran a una niña y siluetas, además de voces que piden ayuda. Lo importante de este evento fue la transmisión tan destacable que le dio Telenoticias (Canal 7), además de que los vecinos aseguran que después de esto las visitas al Sanatorio aumentaron considerablemente.
Es importante también destacar a las personas que viven alrededor de la zona, y no solo a aquellos visitantes que van por las leyendas contadas, para estas el Sanatorio significó una fuente de empleos, e introducirse en otras labores que antes no manejaban como la carpintería, los vecinos no tenían un contacto directo con el hospital, pues no tenían nada que hacer ahí a menos de que fuera el lugar de su trabajo, sin embargo vecinos de la zona afirmaban que esta relación no era por miedo a la enfermedad, y que eso no significaba que no respetaran la institución, todo lo contrario, además dicen que la existencia del Sanatorio fue propicia para casamientos entre vecinos, funcionarios y pacientes curados.
Estos afirman tener un gran respeto por el Sanatorio, como aquella institución que creció y en cierta medida envejeció con ellos, los vecinos lo ven como un compañero pues muchos de los familiares se vieron inmersos en él, estas razones explican porque estos vecinos suelen tener una idea un poco negativa de los visitantes, por temor al daño que le puedan infringir.
Y no sólo es un sentimiento compartido por los vecinos, Pablo Valverde, público en la sección de Opinión del periódico la Nación el 8 de octubre del 2010 su vivencia con respecto al Sanatorio. Este cuenta como él durante su niñez visitaba el Sanatorio Durán los domingos, pues tenía a su madre internada en él, en su artículo relata los bellos jardines y las relucientes edificaciones y cuenta como siempre deseaba que fuera ya el próximo domingo, termina agradeciendo al Sanatorio por haber curado a su madre que en el 2010 tenía unos saludables 87 años.