- “Difícil Romper Paradigmas”: Tomasa Chaires
Por Lidia Rita Bonilla Delgado
ALTAMIRA, URBE INDUSTRIAL.- La participación de la mujer en actividades productivas en el campo se ha incrementado en los últimos años, pero también sus liderazgos y su intervención en la toma de decisiones al interior de los ejidos y comunidades.
La Secretaría de la Reforma Agraria (SRA) reconoce que son emprendedoras, responsables, comprometidas y trabajan por el bienestar de sus familias y comunidades, ejemplo de ello es Tomasa Chaires Vázquez, presidenta del Comisariado en el ejido San Carlitos, en Altamira, Tamaulipas; mujer empoderada que rige los destinos de este conglomerado socioeconómico e influye en la participación política de sus habitantes comenta a esta reportera la importancia de la mujer en su comunidad.
Aquí, dice, las mujeres formamos parte del entorno social y político de cada ejido; aparte, nosotros les ponemos el hombro bien puesto a los hombres porque los apoyamos en el cultivo, en la siembra, con los hijos, en la cuestión económica y en todas esas cuestiones.
Aunque reconoce que falta el empoderamiento de las mujeres. “somos las personas importantes para la familia, para la sociedad, para Altamira, para el país.”
Somos dos personas en Altamira de Acción Femenil, dentro de la Confederación Nacional Campesina, y como presidentas de comisariados solamente cuatro mujeres, asegura. Significando porcentualmente apenas el 10 por ciento en el municipio.
Con orgullo comenta su poder de convocatoria y convencimiento que tuvo recientemente, durante el último proceso electoral, donde todas las personas del ejido San Carlitos participaron con su voto en las elecciones “estuvimos al pendiente de las cuestiones políticas, y de que cada persona saliera a votar” aseguró.
Hay ocasiones, en que es muy difícil romper paradigmas, reconoce; pero los estamos rompiendo en este tiempo.
“En este tiempo donde la mujer debe participar más activamente en todos los ámbitos, nos ponen bloqueos, piedritas en el zapato, pero nosotros mujeres que estamos empoderadas de nosotros mismas salimos adelante, y tratamos que las que no están tengan empoderamiento”.
Asegura que uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres en el campo es el machismo porque no están acostumbrados a que las mujeres tengan capacidades.
Explica la dirigente ejidal “Las mujeres tenemos más capacidades que los hombres, porque nosotras nos regimos por el lóbulo izquierdo de nuestro cerebro, mientras ellos manejan su lóbulo derecho que los limita un poquito. Sin embargo, ellos como nosotras salimos adelante”.
Comenta que para contrarrestar el machismo, las mujeres que son quienes educan a los hijos, deben desde pequeños enseñarles a los niños a participar en las actividades de la casa, en las tareas domésticas; todo lo demás lo puede hacer. “Una como mujer es responsable de sacar adelante a nuestros hijos, apoyar a nuestras vecinas para acabar este paradigma”.
Enfatiza que los obstáculos son primero el machismo que evita la participación de las mujeres y la falta de empoderamiento de la mujer.
Destaca no obstante como tercer término, el tiempo que las mujeres dedican a su casa. “Les da miedo perder el tiempo porque son las necesidades económicas las que apremian. Si no van a hacer una jornada económica no comen”.
La misma pobreza limita a que participen, aunque también, coadyuva con estas condiciones la falta de educación, porque tienen temor, refiere el delegado del mismo ejido
Sin embargo, Chaires Vázquez, acoto, en este sentido “Una mujer capacitada o no estudiada da rendimiento político, económico, de todo , que no limiten. Hay mucha mujer que no sabe leer ni escribir”
Observando en este sentido, “No sé qué hacen las autoridades para tratar de promover la alfabetización a los ejidatarios, a las comunidades”
En San Carlitos actualmente residen apenas unas 32 familias, muchas, dice, han emigrado a Estados Unidos en busca del sueño americano.
De acuerdo al informe estadístico del Registro Agrario Nacional, órgano desconcentrado de la SRA, señalan que en el país hay en promedio millón y medio de mujeres con derechos agrarios, quienes forman familia y muchas de ellas son madres