Por Maripi Gadet
Las nuevas generaciones están logrando un asombroso aumento en el consumo de los alimentos orgánicos. Según datos del Ministerio de Agricultura español alrededor del 30% de los consumidores de productos orgánicos tienen menos de 35 años. Los ‘millennials’ son los principales consumidores de productos ecológicos y son ellos los que están provocando un gran impulso al consumo de alimentos naturales. La generación de la era digital va a plantar cara al cambio climático y se replantea sus hábitos de consumo.
Hoy jueves y hasta el próximo domingo abre sus puertas BioCultura Madrid, una de las principales ferias de Europa de productos orgánicos. Muestra que se adelanta en días a la Cumbre Mundial del Clima que muy pronto se celebrará también en la capital de España. Esta feria, que lleva celebrándose 35 años, es una gran oportunidad para observar la imparable transformación social que a nivel mundial estamos viviendo. Su directora, María Ángeles Parra, ha afirmado a este periódico que “Se trata de consumir productos orgánicos, no sólo por cuestiones de salud. Como consumidores conscientes debemos de proteger la biodiversidad, repoblar los entornos rurales, cuidar la salud, proteger al campesinado, conservar las tradiciones y apoyar a las eco-nomías locales.” En la edición de este año de Biocultura se darán cita 750 expositores y se llevaran a cabo más de 400 actividades paralelas.
El sector orgánico encara el futuro con perspectivas muy positivas a nivel mundial. Se ha observado un importante crecimiento del número de consumidores habituales de productos ecológicos (consumidores que los compran una vez a la semana como mínimo) con un 9,2% de la población española. Actualmente el 8,7 % de la superficie agraria útil en España se dedica ya a la producción en orgánico, con una superficie cultivada de agricultura ecológica de 2.246.475 hectáreas. España es el primer país en Europa y cuarto a nivel mundial en producción bio. El número de productores, elaboradores y comercializadores se acerca ya a los 45.000.
En la Asociación Vida Sana, organizadora de Biocultura, están muy satisfechos por esta gran evolución del consumo orgánico, “nuestra entidad lleva trabajando desde los años 80 para convertir la alimentación orgánica en un factor transformador de la sociedad hacia un mundo más sostenible, más justo, más ético y, sobre todo, más consciente”. Y añaden: “la población mundial está despertando ante la crisis climática que ya tenemos encima. Cada uno de nosotros, con sus hábitos de compra, puede decantar el mundo hacia una sociedad más justa y respetuosa con la Naturaleza o, por el contrario, puede contribuir a la degradación de Gaia”.
Desde la organización de Biocultura afirman que “si hablamos de cambio climático, la alimentación y la ganadería orgánicas enfrían el clima y conservan población en entornos rurales, lo que ayuda a que el mundo rural siga vivo y no sea pasto de las llamas. La bolsa la compra ya es una forma de carro de combate que sirve para plantarle cara a un sistema que está destrozando el planeta y las sociedades humanas. La rebelión hacia un mundo más sostenible y justo empieza en nuestro consumo diario”.