- En lugar del tradicional carnaval, Desamparados, cantón de Costa Rica, realizó un desfile de carros antiguos y modificados.
- Esta es la tercera vez que el Club costarricense de autos antiguos y modificados participa de actividades similares.
Carlos Díaz Chavarría
CONAPE / Costa Rica
Fuente: Josué Alvarado
josue.alvarado@crhoy.com
Hasta noviembre de este año, 30 personas habían sido asesinadas en el cantón de Desamparados de Costa Rica. La ola de violencia que atacó el sector fue la causa de la cancelación del tradicional carnaval, que se llevaba a cabo todos los 27 de diciembre.
Para no olvidar del todo esta celebración, y llevar un mensaje de paz y unión a los desamparadeños, un club de autos antiguos y modificados, acompañados de grupos de motociclistas, recorrieron el cantón con sus “obras de arte” que datan desde los años 30’s.
“Debido a la situación que está pasando la municipalidad, esta vez no dio el aval para hacer el carnaval. Nosotros estamos indignados por la situación y decidimos tirarnos a las calles de forma pacífica y tranquila sin obstaculizar el tráfico, para decirle a los desamparados que aquí estamos celebrando lo que nos quitaron”, comentó Juan José Segura, co-organizador de la actividad.
Fue así como 75 vehículos antiguos o modificados iniciaron el recorrido cerca del puente Tiribí, llegaron al centro del cantón, siguieron hacia la calle ancha de Gravilias, visitaron Dos Cercas, San Antonio y regresaron al punto de arranque.
Esta es la tercera vez que este club participa de actividades similares.
Se lleva en la sangre
Modificar o restaurar vehículos es tarea de meses, e incluso años, y conlleva un costo económico alto. Es por esto que la pasión y la “fiebre” por los vehículos es indispensable si se quiere pertenecer a este mundo.
Así lo confirmó Manuel Bermúdez, quien desfilaría un camión familiar de Volteo Chevrolet de 1946, que se trabajó por ocho meses.
“Tenemos un gran apego por los autos antiguos, en la familia tenemos cerca de 10 diferentes tipos de vehículos (…) Se hereda, es algo que se lleva en la sangre. Se tiene que tener pasión, debe de gustar y requiere inversión de tiempo y dinero”, comentó Bermúdez.
Este auto fue traído desde Estados Unidos, y la reparación tuvo un costo de 5 millones de colones, tomando en cuenta que la familia tiene taller propio de restauración.