• En los últimos años estrategias de enseñanza y aprendizaje en el ámbito educativo costarricense se están orientando a implementar metodologías basadas en el uso de la neurociencia con el fin de mejorarlos.
• La disciplina de las neurociencias de la educación tiene que llegar a establecerse como tal, incorporándola oficialmente en los currículos de formación de educadores y configurándola en el concierto de las especialidades del ámbito educativo.

Carlos Díaz Chavarría
Vicepresidente, Costa Rica
Conape
Fotos tomadas de: www.ceide-fsm.com

En los últimos años estrategias de enseñanza y aprendizaje en el ámbito educativo costarricense se están orientando a implementar metodologías basadas en el uso de la neurociencia con el fin de mejorarlos, la razón es que los grandes avances de la neurociencia han ayudado a develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender, el des-aprender, el re-aprender, el recordar y el grabar información en el cerebro. Recuérdese que, como lo indica el especialista  y académico Enrique Arias (2009) “la neurociencia, en tanto abordaje interdisciplinario del cerebro, es una ciencia insipiente y prolífica que augura una verdadera revolución o cambio de paradigma en la manera de entender al humano como una unidad indisociable: biológica, psicológica y social”.

          En este sentido, se debe tener presente que aunque el cerebro se encuentra dividido en dos grandes estructuras o hemisferios con características funcionales singulares pero complementarias, cada hemisferio cerebral posee ciertas particularidades que lo hacen único. Por ejemplo, tradicionalmente, el sistema educativo occidental ha privilegiado de manera casi excluyente,  una modalidad de transmisión del conocimiento compatible con las funciones cerebrales propias o predominantes del hemisferio cerebral izquierdo, en detrimento del gran potencial propio del hemisferio cerebral derecho.

          Este tipo de actitudes ante el aprendizaje son las que el sistema educativo costarricense quiere ir superando con el fin de que  los estudiantes puedan integrar las partes en un todo, es decir, que se llegue a la posibilidad de una comprensión holística del contenido, asociando diferentes materias o asignaturas dentro de un esquema conceptual mayor. De ahí que el Ministerio de Educación sea enfático es no ignorar los grandes beneficios que puede representar para el ámbito educativo la implementación de estrategias de enseñanza y aprendizaje que incluyan la activación neuronal de ambos hemisferios, de tal manera que se fomente la estimulación del cerebro de manera global, posibilitando una mayor y mejor asimilación de los contenidos por aprender.

Ante este panorama, como lo indica Enrique Arias, son eficaces estrategias de enseñanza con la modalidad de funcionamiento del hemisferio cerebral derecho donde se haga uso de la imaginación, la metáfora, la experiencia de primera mano: directa o vivencial; el arte, la lengua, las letras, la música y la apelación a los cinco canales sensoriales propios de los humanos, más allá de la vista y el oído tradicionalmente priorizados. Pues el cerebro humano en tanto órgano plástico, permeable, experimenta cambios físicos reales de manera  constante y como consecuencia de una permanente interacción con el medio ambiente.

          Entre algunas ventajas que el Ministerio de Educación ha enfatizado que presenta la neurociencia en la educación se encuentran:

I.          Permite diseñar programas de aprendizaje de idiomas, tanto de primeras como segundas lenguas, basadas en las propiedades funcionales de las áreas cerebrales involucradas. De esta manera se puede maximizar la calidad y la eficiencia de los programas de enseñanza de idiomas.

II.         Facilita el logro de una práctica de lectura más eficaz pues estudios de neuroimágenes sugieren que los principales sistemas de lectura de textos alfabéticos están lateralizados al hemisferio izquierdo.

III.        Contribuye a la comprensión del procesamiento fonológico, lo cual resulta de gran importancia especialmente en el tratamiento de niños disléxicos. En este sentido, las neurociencias han contribuido a comprender la importancia de una exposición cercana a la enseñanza de la  lectoescritura.

IV.       Permite delinear las estructuras que han de ser estimuladas para una mejor incorporación de estrategias de resolución de problemas, no sólo en el contexto del aula, sino permitiendo a los alumnos extrapolar dichas estrategias a su vida diaria.

V.        Incentiva un  procesamiento activo, es decir, permite que el estudiante consolide e interiorice la información procesándola activamente.

VI.       Logra establecer ambientes sociales estimulantes apropiados para dominar las habilidades sociales, pues los centros educativos deben ayudar a los estudiantes a adaptarse a las realidades de la cultura. También esto fomenta el placer de aprender relacionando con experiencias, si el alumno está contento, la información será aprendida con mayor facilidad.

VII.      Estimula aprendizajes más efectivos, seguros, productivos, constante, dinámicos y funcionales.

Sin duda en los últimos quince años se ha generado un movimiento intenso causando un gran interés desde la academia, hasta el punto de que la Organización Económica Europea (OECD) ha promovido su pertinencia y fomentado en los países desarrollados la inclinación de la balanza de la investigación neurocientífica cognitiva a favor de atender las solicitudes de la educación para el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje en el mundo actual. Precisamente, de acuerdo con la OECD (2007), se pueden rescatar los siguientes aspectos:

I.          Las condiciones ambientales relacionadas con el aprendizaje y los contextos concretos del aprendizaje didáctico deben tomar en consideración las perspectivas aprendizaje-teóricas, adulto-pedagógicas y gerontológicas.

II.         Los ambientes deben estar caracterizados por aprendizajes basados en competencias que les permita a los estudiantes a prepararse para resolver problemas.

III.        Los profesores y los estudiantes deben cambiar su comprensión de los papeles tradicionales para que les permita a los estudiantes más actividad, auto-impulso y responsabilidad propia, y a los profesores les asigna primordialmente funciones de apoyo tales como compañía, apoyo y reflexión.

IV.       El aprendizaje constructivista cuyos fundadores fueron Maturana y Varela es básico pues el aprendizaje siempre ocurre individualmente y en una manera basada en la experiencia. Esta ampliación del conocimiento ocurre por medio de experiencias nuevas o por medio de la reflexión crítica de las propias estructuras cognitivas confrontándolas con otras.

V.        La creación de conocimiento no se puede iniciar solamente por los profesores sino que siempre es la responsabilidad de los estudiantes también.

VI.       Los profesores son responsables de brindar los recursos de aprendizaje y de organizar contextos de aprendizaje estimulante (la enseñanza magistral es todavía un factor importante, pero no dominante).

VII.      El intercambio social favorece los procesos de aprendizaje y debería por lo tanto ser promovido.

VIII.     El aprendizaje orientado a problemas es deseable y contribuye a la creación de conocimiento orientado a la aplicación.

IX.       Los contenidos del nuevo conocimiento deberían siempre resumir el conocimiento individual previo. Una clase que esté organizada de acuerdo con principios constructivistas podría, por ejemplo, animar a las personas estudiantes a presentar de antemano sus experiencias, opiniones y puntos de vista relacionados con un tema.

X.        Los estudios neuro- biológicos demuestran que la estructura de nuestro cerebro ocurre principalmente en la niñez y la juventud, pero los cambios estructurales y funcionales continúan durante la edad adulta y a lo  largo del período de vida.

XI.       Los roles significativos que juegan la atención, la motivación y la emoción en el éxito del aprendizaje validan los resultados pedagógicos.

XII.      El aprendizaje ocurre por medio de la interpretación de impresiones sensoriales.

XIII.     El enfoque del aprendizaje situado está basado en la perspectiva de que el conocimiento siempre se adquiere en un cierto contexto.

XIV.    La aplicación del conocimiento no es independiente de la situación en la que se está aprendiendo.  Entre más similares sean el aprendizaje y los contextos de aplicación, con más seguridad se puede convertir el conocimiento en acción exitosa.

XV.     El estudiante debe resolver los problemas él mismo en donde el profesor lo instruye y apoya.

XVI.    El enfoque de Instrucción Anclada involucra los contenidos del aprendizaje en problemas auténticos y complejos para promover el análisis independiente de los estudiantes de problemas en el sentido del aprendizaje explorador.

XVII.   La plasticidad es una característica del cerebro de los adultos y esta continúa hasta la edad adulta tardía.   

Es necesario, entonces, que se dirijan hacia las neurociencias investigadores educacionales quienes comprendan y convivan con naturalidad tanto con las ciencias de la educación y su práctica disciplinaria en el aula, como con el ámbito neurocientista y sus modelos de investigación disciplinaria. Es decir, la disciplina de las neurociencias de la educación tiene que llegar a establecerse como tal, incorporándola oficialmente en los currículos de formación de educadores y configurándola en el concierto de las especialidades del ámbito educativo. Además quienes están a cargo del ámbito educativo, desde diversas trincheras, deben tener muy presente que poseen la valiosa oportunidad de preparar a los estudiantes para enfrentar los retos de la vida más allá de una profesión, sencillamente no solo se están formando profesionales sino, también, humanos. ¡Enhorabuena el sistema costarricense está asumiendo esta sagrada misión!