Por Abel Santiago / abelsantiago30336@yahoo.com.mx
La suerte de Enrique Peña Nieto en cada uno de sus actos de desgobierno y en sus anuncios de violaciones a las leyes y a los derechos humanos, es que ocurren acontecimientos que distraen la atención de los ciudadanos, o bien que sabe preparar el terreno para evitar protestas y justificar sus abusos de poder. En el reciente caso de nuevo incremento a los precios de las gasolinas y de la energía eléctrica, junto con su negativo IV informe de gobierno, en el que destacaron las mentiras y la demagogia, mucho le ayudó a que se hicieran menos notorios y a moderar la indignación popular, el escándalo que provocó el descubrimiento de su plagio estudiantil de textos de varios autores para elaborar su tesis profesional, el sorpresivo y lamentable fallecimiento del admirado ídolo popular Juan Gabriel, y la odiosa visita del nefasto candidato republicano a la Presidencia de Estado Unidos, Donald Trump, quien vino a ostentar su autoritarismo ante Peña Nieto y a recalcarle que se construirá el muro divisorio entre ambos países, con el posible financiamiento de otro abuso más a la economía nacional. La ola de protestas y hasta de comentarios y críticas insultantes para ambos personajes, fue ignorada y como para demostrar lo poco que le importan se fue de viaje a China con su familia y amigos cercanos, para seguir derrochando el dinero del erario público y hacer nuevas ridiculeces en el extranjero.
Después de su grotesco espectáculo con Trump, y de que la candidata demócrata Hillary Clinton rechazó dignamente su invitación a visitar los Pinos, Peña Nieto todavía tuvo el atrevimiento de declarar que México tiene interés por insertarse en un espacio de diálogo en las elecciones de Estados Unidos, “ante el hecho inédito de que está siendo parte del debate electoral en aquél país”. Lo que no quiere entender es el desprecio de la principal contendiente a la presidencia estadounidense, y de la grosera intervención del repudiado republicano y sus insultos al pueblo de México. No obstante, dejando todos los problemas nacionales e internacionales a un lado, emprende un nuevo viaje al lejano oriente, sin que se sorprenda del acontecer en los países que visita.
Si Peña Nieto tuviera un poco de sensibilidad y sentido común, compararía la situación en que se vive en los países que visita, sobre todo en los del llamado primer mundo, con la que se vive en México, en especial a partir del inicio de su mandato, en que la miseria aumenta cada día, porque lejos de abrirse nuevas fuentes de trabajo se van cerrando las existentes a causa de la crisis económica que viene fomentando con la carestía y la consecuente devaluación del peso. La equivocada o bien planeada pésima administración económica, a través de las secretarías del ramo correspondiente, han logrado que los ricos incrementen su fortuna y los pobres hayan llegado a la miseria, una gran parte que medio subsiste con un solo salario mínimo y otra que ni a eso llega. El efecto principal lo han propiciado las privatizaciones, que ahora se anuncia continuarán con los pocos servicios sociales que permanecen vigentes. El sector salud sigue en la mira, por eso se han cerrado las tiendas y escasean los medicamentos, que con gran trabajo y una serie de obstáculos se logran vales para adquirirlos en farmacias particulares. En cuanto a los hospitales públicos la situación es indescriptible, pues se carece hasta de artículos de limpieza, con lo que ya se puede uno imaginar la escasez del mínimo para la atención médica y hospitalaria.
En relación a las pensiones y jubilaciones que proporcionan el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado, ya han sido afectados por el gobierno de Peña Nieto. En el primer caso se aumentó la edad y los años de servicios para tener derecho a esta prestación, y lo que se pretende ahora es aumentar el monto de las cuotas de los trabajadores y del sector patronal. Por lo que respecta al ISSSTE, ya se privatizó el Pensionissste y también se tiene programado el aumento de edad y años de servicios, así como su desaparición en un futuro no muy lejano. A esta situación se acaba de referir la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro, anunciando que aumentaron los riesgos para los fondos de pensiones a causa de una futura caída en los rendimientos, y el fin de la “época dorada” de los dividendos de las inversiones que se tuvieron en años anteriores. Asimismo anunció que se analiza incrementar el monto de las aportaciones por el peligro de solvencia de los fondos.
La Consar detalló que los rendimientos generados por las Afore durante las primeras casi dos décadas del sistema de pensiones individuales han sido competitivos. Sin embargo, dijo que el futuro de los rendimientos en todos los sistemas de pensiones es una gran interrogante para las próximas dos décadas, y señaló que reportes recientes “parecen coincidir en la apreciación de que en los próximos años serán menores como resultado de los aumentos graduales en las tasas de interés, menor crecimiento de la economía global y menos utilidades de las empresas privadas”. Consideró que para mantener el ritmo de crecimiento de los ahorros para pensiones, será clave la diversificación en portafolios y la gestión de los activos de los Afore. En su comparecencia ante el Congreso de la Unión, el secretario de Hacienda y Crédito Público ratificó el amplio informe de la Consar, dejando clara la posibilidad de que se continuará el proceso de privatización del sector salud, y como consecuencia de los servicios sociales que prestan las principales instituciones nacionales que tienen esta responsabilidad.