- “Es como si hoy en día, hablando de libertad de expresión, tuviéramos a un estado garantizando que la plaza pública va a funcionar”
Puebla. Pue., marzo de 2013.- Elevar la banda ancha a términos constitucionales, para Clara Luz Álvarez pondría en bandeja de plata al Estado Mexicano “la tentación” también de incidir negativamente en el derecho a la información y la libertad de expresión. “Hoy en México no tenemos ese problema, pero no es algo positivo que los gobiernos se estén metiendo en estos temas como un equivalente a la libertad de expresión y el derecho a la información”.
“Es como si hoy en día, hablando de libertad de expresión, tuviéramos a un estado garantizando que la plaza pública va a funcionar”, destacó la experta en Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información porque “es un tema no nada más de poner los fierros para hacerla funcionar”.
Durante su participación en la mesa nuevas tecnologías, crecimiento de las audiencias y derecho a la libertad de expresión, que se desarrolló dentro del marco de la reunión de medio año de la Sociedad Interamericana de Prensa, la también miembro de la Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex), destacó que “una cosa son las políticas públicas necesarias y otra que se vincule o se le compare (a la banda ancha) al derecho a la información o la libertad de expresión”.
Por otro lado, en cambio, la parte de beneficio para la sociedad sería que en un momento determinado, al llevarse a rango constitucional ahora que está a debate la Ley de Telecomunicaciones, “implicaría que cualquiera que habite este país, podría demandar al estado mexicano diciéndole yo no tengo acceso a internet de alta velocidad, por tanto estás violando mis derechos constitucionales”.
Entonces, agregó Álvarez González de Castilla, los desafíos que enfrentamos es ponerlo o no en la constitución. “Algunos países ya lo tienen mientras otros como Finlandia y Suiza no. Lo único que dijeron fue: ustedes operadores de telecomunicaciones están obligados a proveer banda ancha, pero eso es algo distinto”.
Para el caso de la ciudadanía, dijo, es claro que todos queremos tener un mayor desarrollo o ejercicio más pleno a la libertad de expresión y el derecho a la información y sin acceso a Internet la gente se queda nada más con lo que dice la TV, la radio o los medios impresos; en cambio, al acceder a Internet, tienes un acceso ilimitado, siempre y cuando el gobierno del país no intente bloquearlo como el China, Cuba u otros.
Por otro lado, Clara Luz Álvarez mencionó que a diferencia de los empresarios de la televisión, las empresas de medios impresos se han alejado de los debates sobre banda ancha tanto en México como en la Unión Internacional de Comunicaciones, cuando el futuro de la comunicación es la creación de multiplataformas para poder estar en la competencia.
“Si estuviera en una empresa de comunicación de impresos me interesaría que el gobierno enfocara sus esfuerzos en alfabetizar digitalmente a la población porque finalmente ahí es donde va a ir el mercado de los medios y, además esa alfabetización digital sería la manera de hacer crecer mi audiencia”, destacó la experta.
Además, el tema de las frecuencias “se convierte en un tema vinculado a la libertad de expresión por la banda ancha, porque el futuro ya apunta hacia la banda ancha, mientras la TV está viviendo horas extras”.
Al hablar de las nuevas tecnologías, la integrante del Consejo Directivo de la Fundalex añadió que “lo interesante del cambio de paradigma no es solamente que la prensa debe migrar al mundo digital, sino que el mundo digital se debe concebir multiplataforma. Es decir, tener un sitio web no es lo único, sino debemos pensar en convertirnos en generadores de contenidos multiplataforma, donde pueda explorarse la información en sitios web, a través de mensajes de texto en dispositivos móviles, etc.”.
Otro de los cambios es que antes la ciudadanía se basaba únicamente en lo que decían los medios impresos, pero ahora obliga a que los medios consideren también a la ciudadanía como generadora de contenido y puede ser tan relevante que como el que puede hacer un periodista de profesión. “Esto quiere decir que no solamente con convertir a los medios de comunicación al mundo digital, con eso se satisfará el mundo contemporáneo. Así pues, debemos ver la manera de cómo incorporar estos contenidos ciudadanos, que algunos serán valiosos y otros no y cómo mezclarlos”.