Por Christian González Murillo
En días pasados se dio a conocer uno de los casos más grandes en el tema de corrupción en América Latina; la compañía brasileña Odebrecht aceptó haber entregado sobornos por 450 millones de dólares a funcionarios de 11 países y como es de esperarse, México -el país con la peor calificación en cuestión de corrupción miembro de la OCDE- tenía que estar involucrado.
Diferentes investigaciones periodísticas y declaraciones ante la justicia brasileña han apuntado a Emilio Lozoya Austin como responsable de recibir 10 millones de dólares en sobornos.
La situación inició el pasado mes de abril cuando la Asociación Civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) difundió una copia de unos documentos del Supremo Tribunal brasileño, en el que se consigna la acusación que realizó el Director de la Oficina de Operaciones Estructurales de Odebrecht, Hilberto Mascarenhas Alves da Silva Filho, haciendo mención a que en noviembre de 2014 recibió la petición de pagar ilegalmente 5 millones de dólares al entonces Director de Pemex, Emilio Lozoya, como contraprestación por beneficios indebidos otorgados a la constructora brasileña.
Poco después exejecutivos de la empresa brasileña declararon que el exdirector de Pemex recibió 10 millones de dólares en “propinas” a cambio de obtener contratos, a lo cual –y como era obvio- Lozoya señalo que son “chismes” sin fundamentos.
Lo interesante sobre este caso es que la empresa brasileña inició relación con el ahora exdirector de Pemex, Emilio Lozoya en el año 2012 cuando aún fungía como Coordinador de Asuntos Internacionales del equipo de transición del actual Presidente de México, Enrique Peña Nieto; lo que ha ocasionado que la oposición, principalmente el Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados asegure que es muy sospechoso que cuatro de los 10 millones de dólares los habría recibido entre abril y noviembre de 2012, por lo que consideran que podría haber sido para el financiamiento de la campaña de Peña Nieto.
Pero a pesar de esto no se sabe las relaciones o posibles palabras de convencimiento de Lozoya hacía Odebrecht ya que Rodrigo Tacla, quien trabajó en el Departamento de Operaciones Estructurales de esta empresa, en entrevista para el diario El País expresó que “Odebrecht creía que el presidente de México iba a ser Emilio Lozoya Austin. Y le gustaba esa idea. La constructora tenía mucho interés en Lozoya”, lo que deja ver que éste es un personaje hábil y “escurridizo” para moverse en el ámbito empresarial mediante contratos millonarios a nivel internacional; por algo es que antes de participar con el PRI y Peña Nieto, estuvo nada menos que en el Consejo de Administración de la transaccional OHL, ¡sí! de la empresa que ha sido fuertemente cuestionada por diversas obras en el Estado de México, la cual además es dueña del 49% de la compañía concesionaria del Aeropuerto de Toluca, un lugar con muchísimo transito empresarial, aeropuerto que, por cierto, Javier Duarte utilizó durante algunos viajes de “negocios”.
Hasta el momento la FEPADE investiga el presunto financiamiento de Odebrecht a la campaña presidencial de Peña Nieto, de igual forma la PGR sigue con la investigación, aunque ha dejado ver algunas carencias ya que se ha mencionado que hasta el momento no se cuenta con suficiente información y esperan que el Ministerio Público Federal de Brasil les haga llegar parte de la investigación con la que cuentan.
Lo único que si es cierto es que Lozoya es un personaje que parece tener muchas “manchas” ocultas en su pasado, incluso en su presente, participar en OHL, en la transición Peña Nieto y ser el Director de Pemex cuando la producción petrolera iba en declive y el nivel de exportación y refinación alcanzaban mínimos históricos, deja ver que es un individuo con un poder, solvencia -capaz de pagar una casa de 38 millones de pesos al contado- y relaciones que además está en un país donde aún no se sabe cómo castigar correctamente a la corrupción como lo es México, difícilmente lo veremos tras las rejas aún con las pruebas e investigaciones que seguramente seguirán saliendo a la luz pública.
En estos momento hay muchos casos abiertos en el país y no creo que la PGR se de abasto para resolverlos. Mi pregunta es ¿Cuál elegirán para solucionar y como dicen “pa’ taparle el ojo al macho”? ¿Será el caso de Rafa Márquez y Julión Álvarez, el de Javier Duarte, tal vez el de Roberto Borge o pueden ser las amenazas de muerte a Eva Cadena? Lo que es real y me entristece es que seguramente estos casos quedarán ahí para el recuerdo y no serán castigados como debería, a excepción de las amenazas a Eva Cadena, esas si las van a resolver y seguramente abrirán –otra vez- la famosa “caja china” para “hacerse de la vista gorda” en el tema de Emilio Lozoya.
Recuerden que yo soy un simple PREGUNTÓN con muchas dudas y en la búsqueda de la respuesta se me ocurren algunas cosas que simplemente digo, pero tú eres el que tiene la última opinión, por ello es que te invito a respetar tu Libertad de Expresión. Hasta la próxima…
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