Por Nicolás H Castillo.

La prensa, en todas sus variantes, es el engranaje que hace falta para que funcione el motor llamando democracia, nos guste o no; ahora bien, si preguntamos a ciudadanos sin ninguna simpatía ideológica o partidista, ¿Que piensas de los políticos?, La respuesta contundente es: mañoso, mentiroso, vividor, Etc., opinión contraria que tienen de un periodista.

La presidenta municipal de Acapulco no sabe lo que quiere plasmar en los comunicadores, para que éstos trasmitan su mensaje a la población, si bien es cierto que hay algunos medios de comunicación sin ética, no puede ni debe generalizar.

Con esas actitudes, gestos, y manías, resalta a todas luces su autoritarismo, prepotencia y falta de respeto a todos los sectores del municipio que gobierna, por confrontar a unos con otros.

Las libertades, incluyendo la de expresión, es un principio básico en la plataforma ideológica de izquierda, por lo tanto, la alcaldesa no tiene justificación de sus arrebatos, debido a su origen político partidario.

Es evidente que hay una crisis de gobierno y de comunicación política en Acapulco, lo cual no ayuda en nada a la transformación encabezada por AMLO; culpar a medios de comunicación del alza generalizada de la violencia, Abelina proyecta una actitud irresponsable que en la práctica muestra que no tiene idea de cómo gobernar, ni comunicar.

El hilo se revienta siempre por lo más delgado, si bien es cierto, que los gobiernos emanados de MORENA llegan con amplio respaldo ciudadano, debido a los excesos de los anteriores, el sentido común natural del humano cambia de opinión, si ven desvanecidas sus altas expectativas; la historia nos dice, que los grandes movimientos armados inician desde la comunidad cuando se conjugan más de dos sectores en contra el autoritarismo, más aún, cuando ya agotaron las opciones políticas a elegir; el ejemplo tangible es el de Lucio Cabañas Barrientos.