Por: William Hundelshauseen Carretero
Presidente Nacional APIC
De mínimas a nulas o peores, han sido las mejoras en seguridad, a casi ocho meses de la posición del alcalde MANUEL VICENTE DUQUE VASQUEZ “MANOLO” y puesta en marcha del programa Reconstrucción del tejido social que autoridades Cartageneras implementaron, lamentando que en el primer periodo las autoridades no han hecho nada o al menos eso se nota públicamente para reducir el pandillismo, sicariato, drogadicción y delincuencia que no permite a las familias deambular tranquilas por las calles de sus barrios. Para entender la magnitud de la inseguridad en Cartagena, es necesario comprender que no solo afecta la tranquilidad y seguridad de la población, que sería un factor más que suficiente para combatir este fenómeno, además la inseguridad atenta contra los intereses de los habitantes de esta población, afectando la inversión local como extranjera, nadie quiere invertir en ciudades violentas, el turismo se ve seriamente afectado también por este fenómeno, Sin duda las respuestas de la mayoría de las Instituciones de seguridad pública, en la ciudad no son las adecuadas, en mi opinión es perentorio el ordenar y repotenciar estas instituciones, además paralelamente a los efectos se deberá trabajar las causas, no hay otro camino, la voluntad política deberá ir de la mano con los recursos económicos adecuados y con un estricto mecanismo de control, por ello es que es muy difícil la lectura de la problemática de inseguridad por parte del Gobierno Distrital ya que es indiscutible, que el plan de desarrollo de cualquier territorio es el principal instrumento de planificación de las principales políticas públicas que no solo definen el modelo económico de la ciudad, sino también, en la destinación de los recursos públicos para solucionar las problemáticas sociales existentes en la misma. En esas condiciones no veo en el horizonte una solución a corto ni mediano plazo, los factores de riesgo se incrementan apuntando a una mayor tendencia de delitos, en ese panorama que se da en nuestro corralito, lo que le queda a la ciudadanía es asumir una cultura de seguridad preventiva, tomando las acciones necesarias para su autoprotección de acuerdo a sus posibilidades, lo que debe quedar muy claro es que los ciudadanos deben evitar y no enfrentar el delito, es cierto que no se puede ser genérico en estrategias de seguridad ciudadana, ya que cada ciudad, región, distrito, son realidades completamente distintas sin embargo hay diseños que han dado resultados y pueden adaptarse a cada realidad, hoy la inseguridad de Cartagena no solo es una problemática policial, los ciudadanos debemos estar involucrados en actitud, comportamiento y control, debemos de cerrar filas ante un enemigo común que está causando serios daños en nuestras vidas, es claro que la inseguridad y violencia son temas de alta complejidad y tienen que ser analizados sistemáticamente, ya que son varios los factores que se tienen que tomar en cuenta, para enfrentar con éxito esta problemática, soy un convencido que debemos focalizar el delito, muy a pesar de la exclusión de múltiples programas dentro del plan de desarrollo para esta vigencia se pueden poner en marcha una serie de programas, como por ejemplo “el programa de prevención de conflictos sociales” o “programa de prevención de conductas violentas en la juventud”, hay tantos programas para trabajar la violencia intrafamiliar, el consumo de alcohol y drogas, la exclusión social, la recuperación de espacios públicos, acaso no son factores que compartimos por eso debemos agotar todos los esfuerzos posibles para que la inseguridad ciudadana deje de ser un eterno problema que está afectando a nuestra Ciudad. La inestabilidad institucional de Cartagena en la administración de DIONISIO VELEZ TRUJILLO le está pasando factura a la ciudad en esta administración: hay retrocesos en educación, seguridad y salud, entre otros frentes, La inversión en infraestructura de las instituciones educativas, no solo tuvo una disminución considerable sino que el dinero se lo robaron en la administración pasada a esto súmele la deserción en instituciones educativas oficiales que aumentó considerablemente, llamando la atención el porcentaje de estudiantes que pierden el año y no regresan a estudiar engrosando las filas de las pandillas, revelado retrocesos en cuanto a la seguridad, aumentando la tasa de homicidios siendo los más llamativos los crímenes relacionados con riñas entre pandillas los fines de semana. Trayendo consigo que LA INSEGURIDAD DE CARTAGENA SIGUE EN AUMENTO EN ESTA ADMINISTRACION