-A todas luces se debe crear en el país una cultura de participación política mediante el ejercicio del deber y el derecho al voto.

-Todos los protagonistas de la patria costarricense deben responder patrióticamente al mandato de las urnas, con una sólida cultura cívica, para ser partícipes de los cambios que exige la complejidad política. 

Por: Carlos Díaz Chavarría
Vicepresidente, Costa Rica – CONAPE Internacional

Fotos: www.canal15.com

Dentro de dos días Costa Rica enfrenta uno de los eventos más importantes de su vida democrática: las elecciones presidenciales. Este hecho les dará, a los costarricenses, la oportunidad de escoger entre la esperanza de tener un mejor país donde se puedan confrontar proyectos de Nación y perfiles de gobierno, o, por el contrario, sumergirse en la desesperanza de que Costa Rica no tiene un futuro muy prometedor.

Siendo costarricenses, y queriendo un porvenir más próspero para la Patria, pareciera que la elección debería llevar por el camino de fomentar tanto una cultura cívica como de desarrollo político, y una forma de hacerlo es, definitivamente, ejerciendo el derecho al voto. En este sentido, este próximo dos de febrero, con gran entusiasmo cívico, la ciudadanía tiene el deber moral de definir en las urnas como será, o, mejor aún, como quiere que sea, el nuevo gobierno costarricense.

No hay que olvidar que el voto es un instrumento valioso que tiene la sociedad para aportar su opinión y convertirse, por un día, en el principal gobernante de la Nación. Además, en una sociedad plural donde se presentan tantas opciones para escoger, siempre habrá quien enarbole su candidatura sobre el camino de la esperanza. Quien pueda elevar a un grado superior de desarrollo sostenido, sustente sus acciones en la justicia, trate de trabajar por los ciudadanos y busque consensos para beneficio del país. Eso de decir que no existe por quién votar es tan sólo un argumento pobre que atenta contra el sistema democrático.   

Ahora bien si, en conciencia, no se encuentra al candidato puro; entonces, por lo menos, se debería votar por aquel que más se acerque al cumplimiento de dichos aspectos. Pero para ello se debe ejercer un proceso evaluativo de las propuestas de todos los aspirantes a la presidencia, y no solamente de aquellos que aparecen más en los medios.

El tema de nuestro desarrollo se debe tratar por muchos frentes a la vez y con sentido de urgencia. Uno de esos frentes es, precisamente, el ejercer el voto de manera prudente y bien reflexionada, pues un abstencionismo radical no se justifica.

A todas luces se debe crear en el país una cultura de participación política mediante el ejercicio del deber y el derecho al voto y, por qué no, mediante una campaña política personal que anime, a quienes están cerca, a disponerse a votar para elegir a racionalmente quienes tomarán el timón de un mismo barco.

En este sentido, ya es hora de despojar a la palabra política de ese disfraz de bruja que unos y otros le han puesto. Por la salud de la democracia, se debe tratar de hacer que este evento electoral  les signifique, primero, a quienes están apáticos, un aliciente que los motive a ejercer ese sagrado derecho del sufragio; y, segundo, una luz que encamine a hacer la mejor elección para el bien de toda Costa Rica.  

Independientemente de los resultados de las elecciones este dos de febrero, todos los protagonistas de la patria costarricense deben responder patrióticamente al mandato de las urnas, con una sólida cultura cívica, para ser partícipes de los cambios que exige la complejidad política.

Emitir el voto, como una constructiva manera de forjar una mejor Patria, es un pleno respeto a la institucionalidad y una muestra de que se posee la madurez para alcanzar, con visión de futuro, los acuerdos para lograr el gran consenso social que Costa Rica necesita.

Una auténtica cultura democrática obliga a tender puentes, a alcanzar acuerdos, y una de las maneras de hacerlo es siendo parte activa de estos procesos electorales que se aproximan. Ojalá este próximo dos de febrero sean los más quienes se decidan a votar; porque entonces quienes no voten no estarán en condición de poder criticar a sus autoridades pues desperdiciaron la oportunidad de lograr una transformación nacional al no ejercer este gran derecho cívico.

La presidenta Laura Chinchilla hace un llamado a votar

“Acudamos a las urnas electorales, no dejemos plantada a la democracia costarricense el próximo domingo”, ha manifestado la mandataria.

Ha expresado que las horas antes de emitir el voto, “vienen a ser horas muy reflexivas”, por lo que es básico que los votantes “se aboquen a reflexionar, a analizar”.

Chinchilla señaló que “una vez que se cierren las urnas electorales, esperemos todos con mucho reposo esos resultados, que nos comprometamos a respetarlos, confiando en que tenemos una de las instituciones del sufragio más puras en todo el mundo”.

Poco más de tres millones setenta mil costarricenses están registrados para votar en las elecciones presidencial y parlamentaria del domingo 2 de febrero.