SANTO DOMINGO.- El politólogo Daniel Pou consideró que el ejercicio político en el país está basado en pasiones no en ideas ni propuestas, y que por ello las organizaciones políticas son un escenario permanente de batallas.

“Los partidos no funcionan como partidos con propuestas reales cónsone con las necesidades de la sociedad, funcionan más bien como agencias de poder sin propuestas”. Afirmó.

Explicó en el programa El Verificador que se transmite el domingo a las 8:00 pm  en el canal 26 tricom y 67 aster que el liderazgo político a penas alcanza a tener algunas opiniones muchas veces fragmentadas de los males que aquejan a la sociedad y ese déficit se le imprime al Estado, reducido  a un medio de ascenso social para los sectores que se encuentran en el ruedo político.

“Tenemos líderes que aparecen en coyuntura especificas cuando hay un tema en la palestra pública que concitan preocupaciones y diversidad de opiniones pero si se toma la matriz del discurso político en nuestro liderazgo carecen de propuestas”. Explicó.

Al conversar con la comunicadora Greysis de la Cruz sostuvo que los políticos lo que hacen es repetir ideas y consignas políticas que ya han fracasado en el escenario nacional, que ya no conectan.

“Los partidos deben evaluar su discurso para poder atraer a la franja de indecisos o voto conciente que el país es cada vez más amplia”. Señaló.

Consideró que los partidos dominicanos tienen como desafió que las nuevas generaciones de jóvenes son más exigentes, tienen mayores requerimientos y no estos infectados por pasiones históricas desmedidas de los partidos de larga data.

Manifestó que el Estado no es una estructura orgánica que este cónsone con los intereses de la sociedad.

“Mas bien el Estado es una suma de compartimiento estanco que se utiliza para dividir cuotas de poder, cada ministerio es una suerte de pequeño Estado, que está desconectado del resto del Estado y establece lineamientos en función de los intereses del grupo que representa.

Sostuvo que en el país se está consolidando una sociedad anómica donde nadie concediera que esta sujeto a normativa y no hay expectativa de que la gente cumpla las normas porque todo está sujeto al galope de la improvisación debido a la crisis de los partidos y su desempeño en el Estado.