- Siéntelo en la bacinica entre cinco y siete minutos, y si orina o defeca, festéjeselo y prémielo con un gesto de afecto.
El control de esfínteres es la fase en la que el niño deja de usar pañales para orinar y evacuar en la bacinica, retrete, WC o escusado, es importante tener paciencia y vigilancia en todo momento sobre el menor para evitar percances, señala la doctora Oswelia Castillo Gómez, Jefe de Pediatría del Hospital General Regional No. 251 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Delegación Estado de México Poniente.
Muchos padres tienen duda respecto a cómo saber si el pequeño está preparado para ir al baño por sí solo, algunas de las características que deben tomarse en cuenta son: la edad ideal para empezar este proceso son los 15 meses, pues normalmente en esta etapa el niño soporta un rato sin llorar cuando tiene hambre, muestra interés por la bacinica, sanitario o escusado, que ya pueda pronunciar las palabras “pipí” y “popó”, que pueda subirse y bajarse el calzoncito o trusa y que pueda brincar con los pies juntos.
La fase de entrenamiento o capacitación, menciona Castillo Gómez, hay que iniciarla observando al menor por lo menos tres días, tomando nota de los momentos en los que el niño evacúa. Hay que iniciar el control de su orina, llevando al pequeño al retrete, escusado o bacinica cada dos horas.
Siéntelo en la bacinica entre cinco y siete minutos y dígale la palabra “pipí” o “popó”. Si no hay respuesta, deje que se levante y repita a las dos horas. Si orina o defeca, festéjeselo y prémielo con un gesto de afecto.
Si orina justo cuando le pone su ropa interior, no lo reprenda o grite, sólo asuma una actitud seria y hágale notar que estar mojado o con “popó” no es agradable. Dos o tres minutos después permita que él mismo se quite la ropa sucia (si ya puede hacerlo) y relacione el no avisar con la incomodidad que experimente.
Si utiliza bacinica enséñele a depositar su “popó” en el escusado y muéstrele como accionar el desagüe.
Al terminar, lávele las manos siempre que orine o evacué, esta enseñanza comienza a fijarse desde esta edad. Cuando el pequeño comience a pedir ir al baño por sí mismo, hay que acompañarlo y mantenerlo vigilado en todo momento, se requiere de paciencia y constancia para lograr un resultado favorable, finalizó la especialista.