POR: ISAAC OCAMPO GARCÍA.
Cerrábamos el año 2012 los mexicanos, con situaciones y cosas como las siguientes: “1º de diciembre 2012: ¡Viva la clase obrera en lucha!
El proletariado, los campesinos pobres, los indígenas, los colonos, las mujeres, los adultos mayores, la juventud y los pueblos de México, es decir, los que producimos y hacemos que circulen las mercancías, el 99%del país: ¡No aceptamos más un gobierno de los ricos, un gobierno de los monopolios, un gobierno de la oligarquía, un gobierno burgués-imperialista!, por eso declaramos ¡¡Ni un Gobierno neoliberal más!”. (Vanguardia Proletaria/ 402. PC de M m-l/ 1 de diciembre de 2012). Sólo que el gobierno, precisamente burgués, comenzaba el año 2013 con que: “El gobierno emanado del PRI se propone iniciar la segunda alternancia a partir de una agenda de reformas pactadas con el PRD y el PAN, muchas de ellas pospuestas durante décadas”. Por ejemplo, reformas como la de Pemex, reforma que busca, dicen los señores del poder, convertir a la paraestatal en una empresa pública de carácter productivo…”. (Suplemento: Enfoque/ Diario Reforma/ enero 6 de 2013) Pero como la raza ya no está ni se encuentra en las mismas condiciones de antes, bien que interpreta la situación. “2013, malos augurios para el capitalismo y dura lucha para los pueblos. El mundo capitalista-imperialista tiene para este año un negro panorama, lo más grave lo padecerán las masas proletarias del planeta sino dan a tiempo una respuesta que detenga la enorme destrucción de la humanidad y la naturaleza por el capitalismo, como su única forma de existencia y única salida para resolver su crisis”. La situación sin embargo, de ninguna manera es para ponerse a llorar, sino para organizarnos de manera consciente y así saber y poder enfrentarla. La cuestión es no volver a cometer los mismos errores que se han venido cometiendo desde hace más o menos 80 años. Y es que en el periodo cardenista por ejemplo, para poder contrarrestar los embates del capitalismo y del fascismo, primero optaron por la formación de los frentes populares (década de 1930 a 1940). Frentes que respondían, en términos generales, a la alianza entre la clase obrera y los sectores medios para obtener reivindicaciones económicas y reforzar los regímenes democráticos amenazados por el avance del fascismo. Pero vino o se presentó el maridaje entre la CTM y el PNR (“abuelo” del PRI), y la cosa comenzó a joderse (La imposición de Fidel Velázquez, más “los 5 lobitos”…) La clase obrera de entonces (en términos generales) aceptó cosas como estas, pues pensaba que con el General, Lázaro Cárdenas, no habría ningún problema de avanzar en la lucha por sus reivindicaciones. (Ya Cárdenas había dizque salido en defensa de la clase trabajadora, contra Plutarco Elías Calles), más aun, cuando el General fue capaz de llegar a la Presidencia del país, aunque ya antes Cárdenas había demostrado su proclividad hacia las clases trabajadoras y desposeídas, siendo gobernador de su estado natal; Michoacán. “En noviembre de 1935 se forma un Comité organizador del Frente Popular Antiimperialista, en el que participaron personajes del PCM, como Hernán Laborde; colaboradores de Vicente Lombardo Toledano; algunos miembros relevantes del PNR, y algunas personalidades del PCM. En los últimos días de febrero de 1936 se llevó a cabo el Congreso Nacional de Unificación Obrera, que había sido convocado por el Comité Nacional de Defensa Proletaria desde diciembre del año anterior, conocido comúnmente como el Congreso Constituyente de la CTM… “Pensamos (decían entonces) que la política del frente popular tiene considerable influencia en la orientación que siguió esta organización en dos sentidos: primero, de influir determinantemente, desde la fundación del Comité de Defensa Proletaria, en la relación de alianza que se estableció en las organizaciones de trabajadores; y segundo, porque marcó en ciertos aspectos la línea política general que seguiría la nueva central (CTM), ya que ésta planteaba, en el transcurso de sus primeros años de existencia, reformas legislativas y lineamientos de política económica nacional, bajo la idea de que los trabajadores participaran de una forma más activa en el gobierno y en la vida política del país, intentando con ello la formación de un <gobierno popular>”. Pero… “La ausencia de un trabajo político en la base de las organizaciones obreras que les proporcionara la capacidad de mantener un proyecto conforme a sus intereses de clase, aun dentro de la política de alianzas que el momento requería, dejó a estas organizaciones sujetas al devenir de las negociaciones de sus líderes con el gobierno, sujeción que se extendería posteriormente, pese a la diferente estructuración de fuerzas sociales con que serían formados los sucesivos gobiernos del país”. Y, ese, entre otros muchos, ha sido el eterno problema, el eterno error de las clases trabajadoras. El siempre estar confiando supuestamente en los que sí saben cómo hacer esas cosas de la política. Efectivamente. “Todo por no estudiar”. Por eso, tanto y tanto lidercillo, caudillicillo y politicoide banquetero que hoy dizque dirigen a las masas proletarias en su lucha por su emancipación. Masas proletarias que siguen muriéndose de hambre y en la miseria, en tanto sus “lideres probados” dizque de izquierda, comprándole a sus hijos zapatos tenis de a 15 mil pesos o más.
Nos vemos en la que sigue, si es que…
(Nota: los últimos entrecomillados: del libro Movimiento Obrero, de: revista mexicana de ciencias políticas y sociales 89 <UNAM>)