* Nohemí Judith Chávez Camacho, sobrina de un expresidente encarcelado, deja la regiduría en San Antonio la Isla para ocupar la tesorería de Almoloya.

* Regidores guardan silencio.

Por Raúl González Nova

Almoloya de Juárez, Méx. — En lo que parece una maniobra política descarada, Nohemí Judith Chávez Camacho —electa como primera regidora en San Antonio la Isla— abandonó su cargo para instalarse cómodamente como tesorera municipal en Almoloya de Juárez. No es su primera vez en el puesto, ni su presencia pasa desapercibida: es sobrina del exalcalde Gerardo Camacho, quien terminó en prisión tras una auditoría a su gestión.

La pregunta es inevitable: ¿por qué Chávez Camacho, habiendo ganado un cargo de representación popular en las urnas, lo deja para asumir una posición administrativa en otro municipio? La respuesta apunta a lo de siempre: conveniencia, acomodos políticos y redes de poder que se heredan.

Más preocupante aún es el silencio cómplice del presidente municipal Adolfo Solís Gómez, así como de los regidores, quienes callan ante el evidente desmantelamiento institucional del municipio. Lejos de ejercer liderazgo o asumir una postura firme, Solís parece dormido mientras Almoloya de Juárez se reparte como botín entre operadores políticos foráneos.

La llegada de personajes con antecedentes cuestionables y vínculos familiares con figuras marcadas por la corrupción enciende las alarmas. Almoloya, en lugar de avanzar, parece condenado a repetir su historia: entregado a los mismos apellidos, a los mismos intereses, con la misma impunidad de siempre.