- El Sub-Grupo de Trabajo de Protección para Atención a la Violencia Sexual y Basada en Género hace un llamado a unirse en contra de la violencia contra las mujeres y a mantener los servicios de atención y respuesta a la violencia sexual y de género como esenciales en todo momento
Ciudad de México, 3 de diciembre de 2020. El 25 de noviembre, conmemoramos el “Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”, y en este contexto y en el de los “16 Días de Activismo en contra de la Violencia de Género” que culminarán el 10 de diciembre con el “Día de los Derechos Humanos”, el Sub-Grupo de Trabajo de Protección para Atención a la Violencia Sexual y Basada en Género coordinado por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), hacemos un llamado al Estado mexicano, a las organizaciones de la sociedad civil, a la iniciativa privada y a la sociedad en general, a unirse en el combate y la erradicación de la violencia contra las mujeres, la cual ha aumentado durante la pandemia causada por el COVID-19 y ha tenido un impacto diferenciado y grave en las niñas, adolescentes y mujeres refugiadas, solicitantes de asilo, migrantes y desplazadas.
Para las niñas, adolescentes y mujeres afectadas por el desplazamiento forzoso y la migración, el riesgo de sufrir violencia sexual y de género siempre ha sido elevado; ya que éste exacerba las relaciones desiguales de poder y otras vulnerabilidades.
De acuerdo con un estudio realizado por Save the Children sobre “Niñas en Movilidad en México y Centroamérica”, uno de los factores detonantes de la migración de niñas y adolescentes desde Centroamérica hacia México y los Estados Unidos, es justamente la violencia sexual y de género, misma que se replica durante su tránsito y en el lugar de destino.
En el contexto del desplazamiento, existen además formas interseccionales de discriminación que incrementan la vulnerabilidad y los riesgos de violencia para mujeres y niñas con orientaciones sexuales, identidades o expresiones de género diversas, mujeres y niñas con discapacidad, y mujeres y niñas indígenas, entre otras.
La pandemia del COVID-19 ha exacerbado estos riesgos y ha hecho más difícil el acceso a servicios, principalmente los de salud, debido al cierre de espacios de recepción, las restricciones a la movilidad, el limitado acceso a centros de salud y la disminución de oportunidades socioeconómicas. Entre los riesgos a los que se enfrentan mujeres y niñas refugiadas, migrantes y desplazadas se destacan la violencia familiar, la violencia sexual, embarazos forzosos o no deseados, violencia institucional, violencia psicológica, lesbofobia, bifobia y transfobia, además de reducido acceso a servicios de atención contra la violencia sexual, el aumento significativo de responsabilidades de cuidado, entre otras.
En virtud de lo anterior, desde este Sub-Grupo instamos a que los servicios de atención a la salud y de repuesta a la violencia sexual y basada en género se mantengan como esenciales en todo momento de la contingencia sanitaria, que sean accesibles y aseguren la atención de calidad y sin discriminación a mujeres y niñas, y que se garantice que las organizaciones y los programas específicos para la atención de violencia de género y para el desarrollo de mujeres y niñas – incluyendo mujeres y niñas refugiadas, solicitantes de asilo, migrantes y desplazadas – tengan los fondos suficientes para responder al impacto exacerbado que la contingencia ha tenido en esta población.
Finalmente, reiteramos que desde este Sub-Grupo continuaremos trabajando activamente en la prevención de la violencia de género contra las mujeres, adolescentes y niñas refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes, partiendo de una perspectiva interseccional de edad, género y diversidad.
El Sub-Grupo anteriormente era la Mesa de Migración y Género, que se formalizó como Sub-Grupo de Protección en agosto 2020.