“Puentes de luz, es un espacio espiritual incluyente que pertenece a la Fraternidad de Iglesias de la Comunidad Metropolitana (ICM), que en el mes de la libertad (septiembre) en México, realiza por primera vez en Querétaro, la primer boda espiritual de dos mujeres que se unen para conformar una familia diversa, en compañía de sus familias y defensores/as de derechos humanos como invitados especiales”. Así lo expresaron el Pastor Efrén Verdugo y el Rabino Edwin Acosta durante la primer boda espiritual incluyente que realizaron en la entidad queretana.
Así mismo los líderes espirituales antes mencionados, en compañía de una de las madres defensoras de los derechos de la comunidad LGBTTI, entre ellos el derecho a no ser excluidos de las religiones y la espiritualidad, celebraron que está unión espiritual de dos personas del mismo sexo se realizó después de 7 años de ser pareja y en la víspera del aniversario número 5 de Puentes de Luz, en Querétaro, así como del aniversario 39 que la Fraternidad de Iglesias de la Comunidad Metropolitana próximamente celebrará.
“Durante varias décadas la Fraternidad de Iglesias ICM hemos venido trabajando en la inclusión espiritual, en base a la igualdad y el respeto a los derechos humanos de todas las personas, porque somos una comunidad sanadora y transformadora en un mundo que por mucho tiempo normalizó la exclusión. En ese sentido, reivindicamos la forma en que Jesucristo incluía y unía a las personas marginadas para transformar sus vidas a través del amor. Porque la mesa de Jesús no le pertenece a nadie, él nos incluye a todas y todos, sobre todo a los más excluidos. De ahí la importancia de fortalecer la espiritualidad incluyente, pues de esa manera podremos derribar los muros de la intolerancia y la discriminación en todas las iglesias del mundo, necesitamos dejar de lado las diferencias para permitir que todas las personas entren a reunirse con Jesucristo. No es suficiente con predicar, se debe ser congruente y poner en práctica el más grande mandamiento de Dios, que es amar al prójimo como a nosotros mismos. En ese sentido, la espiritualidad incluyente nos permite encontrar el equilibrio positivo para mejorar la calidad de vida de las personas porque se fundamenta en los derechos humanos debido al compromiso que tiene con la inclusión, la justicia social, la transformación de las estructuras de opresión económica, sexual y religiosa en la sociedad”. Finalizaron el Pastor Efrén Verdugo y el Rabino Edwin Acosta.