· Salvar vidas en el municipio más poblado de América Latina: Ecatepec, un gran reto para una madre muy especial.
Ecatepec, México, 10 de Mayo de 2020.- Ser madre no es fácil para nadie, pero es todavía más complicado cuando ese rol se mezcla con la responsabilidad de salvar vidas, coordinar el esfuerzo de más de 50 rescatistas y, sobre todo, cuando todo esto se hace en el municipio más poblado de América Latina: Ecatepec de Morelos, también uno de los más demandantes en materia de servicios de atención prehospitalaria.
Ingran Yanina León Reyes es madre desde hace 9 años, pertenece a Cruz Roja Mexicana desde los 16 años, cuando se incorporó a la Coordinación de Juventud en la ahora Ciudad de México, pero por su capacidad y desarrollo institucional desde hace poco más de un año es Coordinadora Local de Socorros en la Delegación Local Ecatepec de Cruz Roja Mexicana.
Para Yanina León, como la mayoría de sus compañeros y subalternos la conocen, la vida ha sido de sacrificios, de entrega, constancia, perseverancia y superación, hasta llegar a la responsabilidad que hoy ejercer al mando de unos 50 técnicos en urgencias médicas que todos los días atienden las necesidades de más de 1 millón de habitantes de Ecatepec.
Desde su ingreso en el año 2004 a Cruz Roja Mexicana, Yanina León lleva tatuado el logotipo de la corporación en su corazón, el cual solo comparte con su pequeño hijo, a quien dedica en cuerpo y alma las pocas horas libres que le quedan de la semana por su demandante actividad como paramédica.
Relata que ha tenido que sacrificar mucho tiempo que debería ser para su pequeño, porque además se convirtió en Instructora Nacional de la Especialidad de Rescate Vertical, lo que le demanda continuamente brindar cursos de capacitación al personal de Cruz Roja Mexicana de todo el país, para lo que a veces tiene que irse de casa hasta cuatro o cinco días.
Actualmente, en plena lucha en contra de la pandemia de COVID-19, para Yanina León las cosas se han vuelto todavía más demandantes, pues ha sido parte, primero, del amplio programa de capacitación que Cruz Roja Mexicana brindó a todo su personal en materia de bioseguridad para hacer frente a las necesidades específicas de atención y traslado de víctimas del coronavirus SARS-CoV-2.
Y segundo, ha tenido que ponerse al frente del esfuerzo que sus compañeros llevan a cabo en las calles de Ecatepec para atender a personas infectadas, responder a continuos llamados de auxilio y procurar su traslado en las mejores condiciones a los hospitales especializados donde se les brinda atención médica.
“Cualquier trabajo tiene sus riesgos, y este es uno que tiene un riesgo mayor, pero lo hago con mucho gusto, primero, porque para nosotros lo más importante es salvar vidas, y, segundo, porque es la mejor forma de servir a la sociedad”, señaló Yanina León.
Advirtió que para ser rescatista, y al mismo tiempo madre, “es necesario tener agallas”, y explicó que cuando se asume una responsabilidad de este tamaño “debes ser una mujer muy sensible, humana, tener como más alto valor el amor a la humanidad, pero, al mismo tiempo, debes ser firme y saberte comportar a la altura de las circunstancias, cuando estás en medio de una crisis que demanda cabeza fría y mano firme”.
Yanina relata que lo más difícil para ella, como madre, es cuando en el desempeño de su labor humanitaria tiene que atender a una víctima que es menor de edad, una niña o un niño involucrado en algún accidente o situación extrema.
“Cuando estás en esas situaciones no puedes dejar de pensar en que tú también tienes un hijo, y cuando llego a mi casa lo abrazo con fuerza, porque siempre duele ver a un pequeño sufrir, incluso mi hijo ya sabe que vengo de algo así y me pregunta: ¿y ahora qué te pasó?, mami”, relata.
Manifestó que hasta el momento la situación más extrema que ha enfrentado es el fatídico 19 de septiembre del año 2017, cuando los sismos que afectaron gravemente a la Ciudad de México y a gran parte del Estado de México.
Precisó que entonces formaba parte también del Escuadrón de Rescate y Urgencias de México (ERUM), corporación con la que estuvo 16 días continuos en la zona más afectada por los sismos. “No nos fuimos hasta que fue rescatado el último cadáver, y lo que vi ahí realmente me dejó marcada, ver los rostros de las víctimas es algo que jamás olvidas”, puntualizó.
Sin embargo, Yanina León advierte que no todo es malo para una madre que presta apoyo a la población como rescatista, y advierte que hay grandes satisfacciones cuando se logra el principal objetivo: salvar vidas, a veces a cambio de absolutamente nada, y algunas ocasiones con un gracias como recompensa.
Señaló que hoy el Estado de México y el país en general enfrenta una situación complicada por la contingencia sanitaria derivada de la pandemia de COVID-19, y señaló que es momento de redoblar precauciones, sobre todo a favor de los hijos, por lo que señaló que esta ocasión la celebración del 10 de mayo, Día de las Madres, debe ser en unidad, y que a pesar de la Jornada Nacional de Sana Distancia, debe haber un gran acercamiento en lo espiritual, en lo sentimental.
Por último, Yanina León envió un saludo fraterno a todas las madres de México, y señaló que para ella el mejor regalo será estar en paz, disfrutando del amor de su hijo, en la paz del hogar y agradecida con la vida por los años que lleva siendo parte de Cruz Roja Mexicana, una institución que le ha brindado grandes satisfacciones y la continua oportunidad de servir a los mexicanos.