Por Jesús Martell Chagoya
Email; jesmarch.11@hotmail.com
Villahermosa, Tab., 9 de mayo, 2017
¿Seres humanos o espirituales?
Para vivir, primero tuvimos que ser engendrados, creado solo Dios, ese ser supremo que algunos lo conocen o reconocen como Alá, Mahoma, Jesús, Jehová, Buda o como lo quieran llamar, lo trascendental es que todo parece indicar que existe alguien más allá de lo que podamos imaginar y que se encargó de crear la naturaleza y todo lo que en ella existe.
Fuimos creados a imagen y semejanza de ese ser supremo con un libre albedrío para decidir. que es bueno o malo, hacer o no hacer, ser o parecer, pero con cualidades, defectos y virtudes heredados de nuestros padres y dependiendo de quienes sean, en ocasiones tendremos cierta tendencia a parecernos a uno u a otro porque ellos a su vez, también fueron engendrados por otros seres humanos y así de generación en generación,
Es decir somos seres espirituales ocupando un cuerpo humano que tarde o temprano morirá, dependiendo a quien dominen los genes de nuestro padres, desde el mismo momento en que nacemos nos pareceremos al papá o a la mamá, tanto así que de primer impacto nos dicen; ¡cómo te pareces a tu padre, no tal vez a tu madre, pero yo le encuentro parecido a tu abuelo, a tu abuela, tía, hermana e incluso otros se atreven a comentar, la verdad es que se parece a no sé quién.
Nacer, crecer, desarrollarse y morir es la ley natural, pero como entender y saber quiénes somos en realidad, seres espirituales atrapados en un cuerpo humano, o simples hombres pensantes pero sin rumbo fijo, solo vivir por vivir.
Definir quién soy y quién quiero ser, conceptualizar el alma que nunca fue engendrada, siempre ha existido y aunque ahora ocupa un cuerpo, en el tiempo y el espacio, tarde o temprano tendrá que regresar a Dios quien fue el que nos dio ese hálito de vida a través de un soplo divino que permanecerá en este mundo hasta que Él quiera. Mientras tanto; vive intensamente todos los momentos y circunstancias que se te presenten mientras puedas, solo tendrás que aceptar las consecuencias de los actos, toda acción, trae como consecuencia una reacción, ¡Tú decides!
Conservar la costumbre de leer
Hoy, con el trajín de la vida moderna, hemos dejado un poco la vieja costumbre de leer en nuestros ratos de ocio, y la cosa empeora con la opción de la televisión como entretenimiento. ¿Pero cuán importante es la lectura? La respuesta es que la lectura es muy importante; aparte de entretenernos y darnos la oportunidad de aprender algo, nos ayuda a mantener sanas las neuronas de nuestro cerebro.
Así como nuestro cuerpo necesita ejercicios para flexibilizar los músculos y evitar que se atrofien, igualmente el cerebro necesita hacer gimnasia para que no le suceda lo mismo. La gimnasia consiste simplemente en que al leer las creaciones literarias, sean poemas, cuentos, novelas, o ensayos, estos despierten la imaginación en el lector.
¿Cuál es el motivo más importante para leer?
¿Por qué lee la gente? Según parece, leemos para informarnos sobre las últimas noticias, para aprender algo. Pero aquí estamos hablando de las lecturas en la hora de ocio; es aquí donde incidimos en dar importancia a la idea de leer piezas literarias para hacer trabajar al cerebro. La lectura puede estar en papel impreso o formato electrónico
¿Y por qué temerle a la televisión que es entretenida, se apodera de nosotros durante horas y no nos cansa? Pues porque allí no empleamos la imaginación debido a que la imagen y el sonido entran por ojos y oídos, entonces no queda mucho trabajo para el cerebro. En cambio con la lectura todo lo recogemos con la vista y debemos procesar las palabras en el cerebro para convertirlas en imágenes.
POESIA. La poesía está llena de imágenes a las que debemos visualizar por medio de nuestra imaginación. Hay que aprender a reconocer las imágenes, no importa que no comprendamos mucho el poema, será bastante si captamos las imágenes. Hay que pensar un poco.
CUENTO. El cuento es una buena elección para una lectura recreativa porque es texto corto en comparación con la novela y podemos leerlo de un tirón. Hay que tener presente que el cuento es, principalmente, una pieza de entretenimiento; pero de él también podemos aprender algunas cosas de la vida que nos servirán como bagaje de experiencia mientras avanzamos por la vida. Existen dos grandes grupos de cuento: tramados y sin trama.
Los más fáciles de entender son los cuentos con trama porque son dramas basados en el conflicto de un protagonista y un antagonista, y el final puede ser feliz o no, ejemplo: En este tipo de cuento el protagonista quiere tener algo o busca hacer algo o quiere ser alguien de importancia en lo personal. En cambio el cuento sin trama es más difícil de entender.
En algunas ocasiones el autor sólo quiere hacer sentir en el lector alguna emoción de amor, temor, odio, celos, orgullo, admiración, piedad. Si al leer un cuento no encontramos una acción y parece plano, pero sí siente cierta admiración o compasión por el personaje, pues eso es todo, el cuento ha cumplido con su cometido.