Santa Cruz,  octubre.- Pese a que la mujer indígena originaria campesina sufre triple discriminación por ser mujer, indígena y pobre, la experiencia ha demostrado que las mujeres pueden mejorar el entorno rural y urbano a nivel de desarrollo comunitario integral como agentes de desarrollo.

Informó, la Senadora Felipa Merino que de 10,5 millones  de habitantes en Bolivia, 5,3 son hombres y 5,4 son mujeres, de las cuales 1,6 viven en el área rural y 3,5 en la urbana. Es clave señalar que las mujeres siempre han estado presentes en la unidad económica, formando parte del núcleo familiar de producción y consumo, ahora se visibiliza su participación como sujetos independientes, o sea, como gestoras de proyectos individuales y colectivos.

El 11 de octubre fue establecida como Día de la Mujer Boliviana en homenaje al nacimiento de Adela Zamudio Ribero, luchadora social por las mujeres bolivianas, actualmente la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia reconoce los derechos sociales, económicos y políticos de las mujeres como parte fundamental y estructural de la sociedad boliviana, resaltando su pilar fundamental en la familia, en la organización social económica, cultural y como principal guardiana de la madre tierra, apuntó Merino.

“Las mujeres indígenas campesinas debemos avanzar en la despatriarcalización, por un lado, garantizar el ejercicio de derechos integrales comunitarios, visibilizando la exclusión, la división sexual del trabajo, la valoración de la contribución económica del trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar, la pequeña agricultura familiar comunitaria, diseñando indicadores inclusivos, respecto al aporte en relación al Producto Interno Bruto (PIB)”, puntualizó,

“Es necesario buscar soluciones de corto, mediano y largo plazo, implementando un conjunto integral de normativas existentes, sencibilización, fortalecimiento organizacional, gobernabilidad y estabilidad económica, social y democrática  a partir de la integración urbana y rural”, finalizó.