* Su presidente Jesús Padilla Zenteno dijo que “todos debemos ceder algo con el fin de recuperar el espacio público” y destacó la necesidad de realizar “una fuerte inversión en infraestructura y apoyo para tener un transporte público de pasajeros de primera”, pues de lo contrario la gente no dejará el auto en su casa.
México, D. F., a 15 de diciembre de 2015
La Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) realizó un llamado a los ciudadanos del Distrito Federal y la Zona Metropolitana para hacer un esfuerzo en el cambio de paradigma hacia una nueva movilidad hoy que se comienza a aplicar el nuevo Reglamento de Tránsito, porque si deseamos tener una mejor ciudad, “todo debemos ceder algo con el fin de recuperar el espacio público”.
El presidente de la AMTM, Jesús Padilla Zenteno, expresó que si bien este esfuerzo al que todos debemos integrarnos es un buen inicio, pocos resultados dará a una Ciudad que cada día se alenta más, si por el contrario no se contempla una fuerte inversión en infraestructura y apoyo para tener un transporte público de pasajeros de primera, el cual ya no es un lujo, sino una necesidad.
Padilla Zenteno dijo que es importante destacar que algunos de los lineamientos del nuevo reglamento subrayan que el automóvil particular deberá usarse de manera racional para la protección del medio ambiente y la salud de los capitalinos; pero esto no se logrará si no existen las condiciones para que los citadinos podamos dejar el automóvil por un transporte público cómodo, eficiente y seguro.
Asimismo, dijo que la forma como se estructuró el Reglamento de Tránsito, comenzando por el elevado monto de las multas, la falta de profesionalización del personal autorizado para aplicarlas y la ausencia de un sistema de transparencia que acompañe la aplicación de las mismas, puede convertirse en un traje a la medida para que los servidores públicos puedan ejercer la corrupción abiertamente, pero también es un reto para que los ciudadanos “evitemos darles los motivos para sancionar, atendiendo a las indicaciones del nuevo reglamento”.
Padilla Zenteno, quien es también vicepresidente de la Unión Internacional del Transporte de Pasajeros (UITP) en América Latina, expresó que “el derecho de vía se convierte en una de las prioridades y establece multas altas para quien no lo respete, porque el nuevo reglamento de tránsito integra al peatón como la primera figura en el tema de la movilidad y después a los ciclistas”.
Cuando el nuevo reglamento fortalece las multas a quienes se estacionan en lugares prohibidos, cuando invaden espacios destinados a personas con discapacidad, carriles exclusivos, prioritarios, de transporte público, áreas de circulación de taxis y zonas de ascenso y descenso de pasaje en transporte público, “no es otra cosa que tratar de ganar espacio público al automotor individual que se ha convertido en el gran tirano de la Ciudad”.
El también Director General del Corredor Insurgentes (CISA), empresa operadora de la Línea 1 del Metrobús, reveló también que pese a la afirmación de que el Reglamento no tiene una intencionalidad recaudatoria, dentro del presupuesto de Ingresos de la Ciudad de México este rubro supone una aportación aproximada a los 600 millones de pesos, a lo que habría de sumar la ausencia de una campaña de información o educación vial y en contraste se ha desatado en las redes sociales una ola de miedo ante las repercusiones que tendrá la puesta en marcha del nuevo reglamento.
También añadió que el esfuerzo de intentar convertir al peatón en el centro de este Reglamento de Tránsito se puede considerar como positivo; sin embargo, si no va acompañado de información suficiente será complicado que los conductores adopten este nuevo estilo de civilidad, lo que en lugar de reducir los accidentes y el debate público sobre ellos, podría favorecerlos.
Desde la AMTM, dijo, que se percibe la ausencia en el acompañamiento para que el paradigma de la movilidad se transforme en realidad. En el Reglamento de Tránsito hay sectores ausentes y muchos temas se dejan a la buena voluntad del conductor o a criterio de la autoridad, que en este caso podrá únicamente con su palabra decidir quién debe ser multado y quién no.