Por Abel Santiago / abelsantiago30336@yahoo.com.mx
El triunfo mediocre del pequeño grupo de opositores a la construcción del Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca en el cerro del Fortín, porque el gobernador del estado acordó suspender la obra, presionado por la descomunal propaganda periodística en su contra que llevó a cabo un diario capitalino, del que es socio mayoritario el que encabeza ese grupo, lo ha ensoberbecido a tal grado que pretende seguir imponiendo su voluntad, ahora exigiendo que se destruya lo poco que se ha construido de estacionamiento en ese lugar. El gobernador no resistió los periodicazos y por eso prefirió hacer a un lado la opinión mayoritaria de los oaxaqueños que lo respaldaron en la construcción de esa obra, argumentado que prefiere la unidad en lugar de mantener el divisionismo que alentaba ese grupo, a cuyo dirigente el diario casi de su propiedad no vaciló en llamarlo “gloria nacional”. La discusión que ahora se sostiene es sobre el lugar más idóneo en el que podría construirse ese centro, esperando que posiblemente sea el propio protagónico pintor el que decida, aunque lo más seguro es que se suspenda definitivamente por la falta de tiempo y de recursos para llevarla a cabo, pero sobre todo porque si se continúa dependiendo de las opiniones en favor o en contra se terminará por no hacer nada.
En cuanto a los movimientos de presión y chantaje promovidos por líderes corruptos, siguen aumentado cada día, con la seguridad de que los beneficios económicos se incrementan en la medida que el gobierno se debilita. En estos últimos días los grupos que se han disputado la mejor parte del botín son Ubisort, Partido Unidad Popular, Asamblea de los Pueblos Indígenas y el Movimiento Unificador de la Lucha Triqui, que ya lleva años plantado frente al ex palacio de gobierno, hoy Museo del Palacio, y es el que, junto con el magisterio, mayores perjuicios ha causado al comercio establecido en el centro de la ciudad y a los prestadores de servicios, principalmente por la falta de turismo. Los líderes de estos grupos se han vuelto insaciables, porque han sabido aprovechar el apoyo de los sedicentes izquierdistas y de todos los que confunden los ataques al gobierno con las luchas sociales, llegando hasta a calumniar a sus críticos por pretender que predomine la paz y el progreso social. Se ha visto en la prensa, y en las redes sociales, cómo se solapa la conducta de esos dirigentes oportunistas acusando de vendidos y serviles a sus sensores, que no han hecho más que señalar el modus vivendi perverso de todos los que manejan grupos para explotarlos y en su nombre recibir fuertes subsidios oficiales que no son capaces de compartir con sus representados.
Los grupos políticos también continúan presionando, aunque indirectamente, pero con el mismo propósito, a fin de que el gobernador, debilitado y sin prestigio, no tenga la suficiente fuerza para apoyar al precandidato que pudiera ser de su preferencia, y por eso mucho han adelantado sus precampañas y el cierta forma secundan a los que alevosamente lo atacan. Estos grupos y personas, a través de sus medios de publicidad, han llegado a influir tanto en personas sin criterio definido, que sin saber por qué se atreven a insultar a los que manifiestan imparcialidad o cierta simpatía con el mandatario estatal. Este, no obstante, en el inicio de su último año de gobierno, recupera parte de la gobernabilidad y fuerza perdidas, que es posible no aumente en el corto tiempo de que dispone, por su tolerancia con algunos miembros de su gabinete que mantienen rezago en sus funciones y son señalados de propiciar e incluso practicar actos de corrupción, pero que por amistad o compromisos políticos no son investigados, a pesar de que el cambio del titular de la contraloría fue porque la impunidad seguía vigente, como parece que continuará en lo que resta del sexenio.
La inclinación final de la balanza, aunque parezca raro, la dará el fatídico magisterio, y más aún, el alcohólico Rubén Núñez Ginez, porque dependerá de la conducta que asuma el gobernador, enérgica o sumisa, y de la reacción que provoque alguna de esas actitudes, pues hay quienes por razones desconocidas apoyan la conducta delictiva de ese gremio, aunque la gran mayoría de oaxaqueños la repudia. El gobierno federal ha sido el que hasta hoy se ha mantenido firme en sostener la vigencia de la reforma educativa, y por lo tanto en someter a los que por su conveniencia no la acatan. El congreso local sigue empeñado en no aprobar la ley de educación estatal, acorde con la federal, posiblemente porque sigue atemorizado y sometido a las amenazas de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, que recientemente acordó intensificar sus acciones de protesta, iniciándolas con el bloqueo al nuevo Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, que el lunes pasado mantuvo secuestrado impidiendo la salida y entrada del personal, incluyendo a la policía Federal que supuestamente resguarda ese edificio. El director de ese organismo, Moisés Robles Cruz, rechazó la postura magisterial pero manifestó su disposición al diálogo con la condición de que no se vulnere el estado de derecho ni la integridad física de los servidores públicos de esa institución.
Será entonces, y en definitiva, la aplicación de la ley la que determine el éxito o fracaso final de la actual administración gubernamental, así como la que defina el lugar que ocupe en la historia este primer gobierno del cambio, y lo que aún es más trascendente, la continuación en el poder de otro partido de oposición o el retorno del priismo.